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En Cruz Azul los refuerzos sirven para poco. Cada nombre viene precedida del anhelo por encontrar al nuevo ídolo del club, el esperado para darle a Cruz Azul la ansiada estrella.

En Cruz Azul los refuerzos sirven para poco


La afición celeste es, en cada mercado de pases, la más inquieta de todo el futbol mexicano. La ilusión en torno a nuevos rostros en el equipo es total. Cada nombre viene precedida del anhelo por encontrar al nuevo ídolo del club, el esperado para darle a Cruz Azul la ansiada estrella.
Del lado de la institución, la Máquina suele ser un equipo que tiene muchas y muy variadas incorporaciones que van desde el lado internacional al mercado nacional. Sin embargo, muchos de estos nombres ya no solo no trascienden en el campo, sino que en muchos casos, ni siquiera los utilizan.
Para este torneo, la Máquina apostó por cuatro jugadores. Solo uno de ellos, Alemao, tiene actividad; Roque Santa Cruz la tendrá –el día que deje de tener lesiones-, pero en el caso de Carlos Lizarazo y Antonio Pedroza, ni siquiera han debutado.
Hace seis meses, llegó Aníbal Zurdo, Hernán Bernardello y se contrató, ya para el primer equipo, a Emanuel Loeschbor y Pablo Torres. Ninguno de los cuatro tuvo mediana actividad en el campo y salvo el defensa argentino naturalizado mexicano, los otros terminaron saliendo por la puerta trasera del equipo.
Otro caso es el de los tres ‘refuerzos’ provenientes de la MLS. Han pasado dos torneos y medio, y salvo Rafael Baca (titular apenas en este campeonato), ni Michael Farfán ni José Villarreal figuraron en el equipo. Ambos incluso ya ni están en la institución.
Y así podríamos seguir hablando de nombres. Cruz Azul contrató a Sergio Nápoles y Jerónimo Amione, mandando al Atlante a Alejandro Vela y Yosgart Gutiérrez. 
Ni Nápoles ni Amione tuvieron gran actividad en el equipo, así que salieron de la institución regresando a Vela y a Yosgart, quienes tampoco juegan. El portero, incluso, ya ni está en el club.

© Proporcionado por Goal.com

Finalmente, el caso más sonado fue el del camerunés Achille Emaná, quien no fue del gusto de Luis Fernando Tena, y apenas al año de estar en México, acabó yéndose de La Noria.
Cada vez son más contados los casos de refuerzos que verdaderamente ‘pegan’ en la Máquina. Los demás, son decisiones que dejan muy mal parado el trabajo de la directiva celeste y la posición del entrenador, en este caso, de Luis Fernando Tena.

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