Con superioridad, México vence a Estados Unidos
Con superioridad, México vence a Estados Unidos.
© Mexsport México irá a Confederaciones
Por: Raúl Garrido | @RauGarr
Vámonos a Rusia. ¿Dos a cero? Ja.
México jugará la Copa Confederaciones de Rusia en 2017 luego de vencer a Estados Unidos en la Copa Concacaf con goles de Javier Hernández y Oribe Peralta.
El primero con la chispa que lo caracteriza y el segundo con el corazón, garra y olfato futbolístico que siempre le ha caracterizado.
Posesión. Desde el principio México se preocupó por tratar bien el balón, pero sobre todo por no prestárselo al rival.
La tenencia del esférico fue la constante en los primeros 10 minutos de juego.
Poco antes del gol de Chicharito, Damarcus Beasley cometió una mano dentro del área que evitó el remate de Oribe Peralta, pero que el árbitro, quizá por nervios, no sancionó con penal.
El tridente mexicano hizo una gran jugada: pantalla de Oribe, taconazo de Jiménez para el Hermoso, quien accedió al área por la banda y retrasó para Javier, con su particular estilo, rematara a gol.
Seguíamos festejando cuando nos regresaron a la realidad.
Michael Bradley cobró un tiro libre, por un costado, al corazón del área para que Cameron entrara como Tor con su martillo y martillara a bocajarro para dejar a Moisés Muñoz sin posibilidad alguna de ahogar el grito de gol, qué más bien es ¡yes! para los Estados Unidos.
El juego se había empatado.
La posesión siguió siendo para México, que apretaba la salida del equipo de Klinsmann con los tres delanteros y obligaba a saltar líneas.
Bradley le ganó la espalda a Márquez, rompió a Reyes y Moreno dudó en salir lo que desembocó en una jugada individual interesante por parte del capitán estadounidense, que para fortuna mexicana remató machucado y a un lado.
Vino la respuesta de México, y quizá lo más interesante del primer tiempo.
Oribe quiso rematar un centro raso en el área chica pero Guzan llegó antes al balón, pero sin evitar el choque entre ambos, que desembocó en una serie de empujones por parte de los jugadores de ambos equipos.
La trifulca no pasó a mayores.
Y Peralta estaría cerca de marcar minutos después, pero el centro de Paul Aguilar lo remataría por un lado, sin generar peligro en el marco estadounidense.
Antes de ir al descanso, Bradley nos dio un susto. Tiro libre con chanfle para evitar la barrera y ponerla raso y fuerte a primer poste; bien leído por Moisés Muñoz que recorrió con tiempo para rechazar a un lado y evitar la catástrofe.
El también jugador del Toronto fue el hombre más peligroso para el equipo de las barras y las estrellas, y es que además de generar peligro también se encargaba de crear el juego.
México salió, del vestidor, revolucionado. Apenas se tuvo la pelota y se fue al frente para intentar marcar.
Jiménez tuvo un rebote dentro del área, pero Guzan le puso el corazón a esa salida y terminó por amargar al atacante del Benfica y evitar la caída de su marco.
El aviso se había dado, aunque Estados Unidos no se intimidó. Altidore respondió de inmediato en una contra rapidísima que culminó con un bombazo tapado por el muslo de Moisés Muñoz pese a la poca vista que tenía.
Para no variar, Chicharito erró una pelota de forma grosera, cuando Raúl Jiménez había hecho una gran jugada y metido una diagonal interesante, Javier no logró rematar frente a la portería, perdiéndose el segundo personal, que le daba la ventaja al equipo tricolor.
A partir de ahí las oportunidades de Jiménez se multiplicaron, al mismo tiempo que los fallos subieron en su cuenta.
La posesión siguió siendo de México, pero el equipo no concretaba al frente.
La Selección mexicana se fue al frente con todo, mientras Estados Unidos se mantenía bien ordenado, cansado y sin ideas al frente, pero bien ordenado.
Jiménez, Oribe, Herrera y hasta Diego Reyes intentaron una y otra vez, pero sin éxito.
Hubo una mano dentro del área que no fue sancionada y nada más; el tiempo extra era una realidad, y con ello se prolongaba el sufrimiento tricolor.
El tiempo extra fue más de lo mismo. Bailando al ritmo de México, quien impuso condiciones como todo el partido.
Chicharito filtró para Peralta, Guzan se avivó y le robó la gloria.
Era el primer aviso. Sería Héctor Miguel Herrera quien levantara un balón como con la mano desde media cancha hasta el borde del área chica; Paul Aguilar, con inteligencia, retrasó el balón de aire para que Oribe fusilara a Guzan.
Cuando la Selección canchereaba y pensaba en Alemania y Chile como rivales en Rusia, Yedlin se avivó, filtró un pase al área chica y Bobby Wood remató a la salida de Moisés Muñoz que nada pudo hacer para evitar la caída de su marco en pleno segundo tiempo extra.
Los nervios se pusieron al por mayor desde ese instante, sobre todo porque Estados Unidos parecía haber revivido.
El balón se elevó al cielo como llamado por el creador, pero cuando bajó una espectacular volea de Paul Aguilar lo mandó al otro extremo de la portería de Guzan, que pese a volar como Superman el gol no sólo iba al fondo de la red, sino que llegaba hasta Rusia.
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